Por Juan Carlos Muñoz , Favio Montané, María del Mar Vales Lawny y Rubén Corrao
RESUMEN
En la Argentina, la historiografía reciente reconoce la existencia de talleres donde se fabricaban prótesis artesanalmente, ya desde el siglo XIX. Esta forma de trabajo se mantuvo durante las primeras décadas del siglo XX, si bien las ortopedias entonces fundadas, como la nueva Ortopedia Alemana (1929), fueron transformándose con vistas a lograr un mayor grado de comercialización, hasta que en la década del 50 muchas de ellas ya se habían convertido en pequeñas empresas/comercios. Paralelamente a estos cambios, la calidad técnica y la innovación se hacen más importantes. En este contexto, Isaac Touson desarrolla diversas prótesis, consiguiendo patentamientos en EEUU. En 1949 por su rodilla protésica, a la que le sucederán tres patentes más en los próximos 11 años. Este desarrollo pone de manifiesto la posibilidad para nuestro país de haber aspirado a un desarrollo de punta en esta especialidad. Sin embargo, esto se fue diluyendo con el tiempo debido posiblemente, entre otras razones, a una ausencia de políticas de Estado, a la falta de integración de la Protésica con el desarrollo científico tecnológico y a cierto desinterés de la Medicina hacia lo que consideraba una disciplina de menor status. En el presente trabajo nos ocupamos de traer a la luz estas primeras patentes.
INTRODUCCIÓN
La palabra ortesis deriva del grieto ortho, que significa recto o enderezar. El término prótesis deriva del griego pros y significa añadir, colocar o sustituir[1]. Una prótesis es, básicamente, una extensión artificial que reemplaza o provee una parte faltante del cuerpo humano, cuya principal función consiste en sustituir una parte del cuerpo que haya sido perdida debido a una amputación, a causa de un desarrollo incompleto de un órgano o por falta de partes (agenesia), supliendo la función o funciones correspondientes. En las últimas décadas, este concepto se ha extendido incluso con fines exclusivamente estéticos. Las ortesis, en cambio, son dispositivos ortopédicos colocados externamente al individuo y que suplen una función del aparato locomotor que se ha perdido de manera definitiva o provisoria[2]. Así, las ortesis no reemplazan parte del cuerpo de una persona sino su función, y se utilizan para ayudar, resistir, alinear y simular la función corporal de la parte correspondiente[3].
Históricamente, desde tiempos muy remotos la producción y desarrollo de las prótesis ha ido acompañando a la historia humana. Desde el punto de vista individual, el hombre ha sentido la necesidad de suplir la falta de alguno de sus miembros por distintas razones. Considerando el punto de vista social, la evolución de las sociedades, a través de sus variados modos de vida, ha ido generando sus propias necesidades sanitarias, como así también la solución para las mismas[4].
Actualmente sabemos que en algunas tribus de la América indígena se abandonaba a quienes tenían discapacidades cuando la supervivencia los obligaba a cambiar de lugar, llegando incluso a eliminarlos en el caso de las tribus chirigua y caribe[5]. Los esquimales, por su parte, abandonaban a sus integrantes inválidos en las frías estepas, sin ningún tipo de auxilio para supervivencia. Según la leyenda, eran comidos por los osos de los que posteriormente se alimentaban los esquimales, y de esa manera el espíritu del muerto volvía con ellos[6].
Yendo mucho más atrás en el tiempo, en cavernas de Francia y España, se han encontrado pinturas rupestres del Paleolítico que podrían ser evidencias arqueológicas de posibles amputaciones de los dedos de las manos. También suele contarse, como parte de estas evidencias, un esqueleto que presenta diversas lesiones y amputación del antebrazo; y que actualmente se encuentra exhibido en el Instituto Smithsoniano (EEUU), con una antigüedad estimada próxima a los 40.000 aC[7]. Según algunos estudios antropológicos, correspondería a un individuo que habría logrado alcanzar la vejez, lo que hace suponer que estuvo al cuidado de otros neandertales dada la dificultad de supervivencia que representaba su condición.
El primer registro escrito de una prótesis del que se tiene conocimiento actualmente, aparece en el Rgveda (Rigveda), considerado el más antiguo de los cuatro textos sagrados conocidos como Vedas, escrito en sánscrito, en India, datado hacia la mitad del segundo mileno aC[8]. Allí se cuenta que la reina guerrera Vispala (Vishpala, Viśpálā) pierde su pierna en batalla, y que recibe una prótesis para poder volver a pelear[9]. Posteriormente, en Egipto se han encontrado momias con prótesis, entre las que destaca un Hallux del pie, confeccionado con madera y cuero y datado entre los años 950 y 710 aC, encontrada en una momia femenina enterrada cerca de Luxor, y que especialistas consideran la primera prótesis de la historia.
Ya en Grecia, Hipocrates y Heródoto han escrito sobre esta práctica en el siglo V aC, mientras que en la ciudad de Capua, cerca de Nápoles (Italia) en 1858 se encontró una prótesis de una pierna realizada en madera y recubierta con hierro y bronce, cuyo origen se estima en 300 aC, habiendo sido lamentablemente destruida la pieza original durante los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial[10].
Desde el Renacimiento hasta nuestros días, el desarrollo de elementos ortoprotésicos se hizo más importante, hasta ocupar un espacio propio en el campo científico tecnológico. Al presente, la Ortoprotésica es una disciplina cuyos profesionales integran diversos equipos interdisciplinarios del área de la rehabilitación, desarrollando actividades que abarcan un amplio campo profesional, tanto en la actividad pública como privada. Entre sus objetivos podemos mencionar la prevención, el desarrollo de programas en instituciones públicas y privadas, la actividad asistencial, la integración de equipos interdisciplinarios en el área de la salud realizando acciones de docencia, formación de recursos humanos, investigación y desarrollo, diseño, producción y evaluación de prototipos protésicos, entre otras. Su campo de estudio, trabajo cotidiano, investigación y especialización está centrado en las ortesis y las prótesis, y en las personas que por una u otra razón han de utilizarlas, a las que en la jerga habitual se las conoce como usuarios. Sin embargo, ortesis y prótesis no son lo mismo, diferenciándose a su vez de las denominadas ayudas técnicas.
LOS ALBORES DE LA ORTOPROTÉSICA ARGENTINA
En la Argentina del XIX ya se conocen talleres que fabricaban prótesis artesanalmente. Esta forma de trabajo se mantuvo durante las primeras décadas del XX, si bien las ortopedias, como la nueva Ortopedia Alemana (1929)[11], fueron evolucionando en vistas a un mayor grado de comercialización, hasta que en la década del 50 muchas de ellas ya se habían transformado en pequeñas empresas/comercios.
Paralelamente a este incipiente desarrollo, fueron sucediéndose una serie de acontecimientos de suma importancia para el futuro de la Rehabilitación y de la Ortoprotésica en nuestro país. El 17 de mayo de 1934 se crea, a instancias de Octavio Fernández, la Asociación Médica de Kinesiología en la ciudad de Buenos Aires. Poco después, el 8 de mayo de 1936 se constituye la Sociedad Argentina de Cirugía Ortopédica. En 1943 se crea la Asociación para la Lucha contra la Parálisis Infantil (ALPI), institución privada sin fines de lucro, para afrontar el flagelo de la poliomielitis, siendo pionera en el desarrollo de la rehabilitación en el país.El 25 de octubre de 1949, la Asociación Médica de Kinesiología en la ciudad de Buenos Aires cambia su denominación transformándose en la Sociedad Argentina de Medicina Física y Rehabilitación (SAMFYR), con el que se la conoce hasta nuestros días. Seguidamente, por iniciativa de Juan O Tesone, el 10 de mayo de 1952, se funda el Centro de Rehabilitación para Niños Lisiados (CERENIL) en la ciudad de Mar del Plata, sociedad civil sin fines de lucro con el objetivo de prevenir, tratar y rehabilitar la discapacidad, cuyo sanatorio-escuela es actualmente la sede del Instituto Nacional de Rehabilitación Psicofísica del Sur (INAREPS)[12].
Con el requerimiento creciente de mejoras en la cantidad y calidad de las prótesis que se utilizaban en la Argentina, en 1952 se inició un curso de ortopedia en la Universidad Nacional de La Plata, dictado por el médico traumatólogo Nicolás Anibaldi, que se cerró por no contar con suficiente cantidad de alumnos, y que posteriormente se reinstaló en la Escuela Ingeniero Huergo (Buenos Aires) en el año 1954. Las clases teóricas se impartían en la calle Biedma, mientras que las prácticas los días sábados en el Hospital Durand y los domingos en el Hospital Alvear. La cátedra era compartida con Leonardo Vespero y García Romano[13].
Como consecuencia de la epidemia de poliomielitis, el día 23 de marzo de 1956 por decreto n° 5.433 se crea en la Argentina la Comisión Nacional Permanente para la Rehabilitación del Lisiado, dependiente del entonces llamado Ministerio de Asistencia Social y Salud Pública. Su principal objetivo consistió en la elaboración y ejecución de un programa de rehabilitación y capacitación para todo el país. Este fue el primer antecedente de la actual Agencia Nacional de Discapacidad. En homenaje a dicha acción, aun hoy ese día se conmemora el Día Nacional de la Rehabilitación (decreto nº 7.168, del 29 de septiembre de 1967). Por decreto-ley n° 9.276/56, dicha omisión pasó a denominarse Comisión Nacional de Rehabilitación del Lisiado.
Este tipo de acciones no ocurren exclusivamente en Buenos Aires. En 1957 en la ciudad de Rosario (Santa Fe), fue creado por decreto municipal n° 20.567 el Instituto de Lucha Antipoliomielítica y Rehabilitación del Lisiado (ILAR), con la finalidad de prevenir la enfermedad y ocuparse de la rehabilitación del discapacitado motor. La Comisión Nacional fundó el Instituto Nacional de Rehabilitación del Lisiado (INRL, hoy Instituto de Rehabilitación Psicofísica, IREP), que se instaló en el predio en el que hasta 1955 había funcionado la Ciudad Infantil Amanda Allen, dependiente de la Fundación Ayuda Social María Eva Duarte de Perón, que fuera creada el 14 de julio de 1949 para albergar niños huérfanos y/o de bajos recursos sin contención familiar.
Con la creación del Instituto, también se dio origen al Departamento de Ortesis y Prótesis, inicialmente a cargo del Del Gaudio, incorporándose personal idóneo en zapatería, talabartería, corsetería, ortésica y, paulatinamente, materiales, maquinarias y personal. Aproximadamente en 1957, asume Cosme Parrondo como jefe, trayendo experiencia de España, y su hijo Jorge Parrondo como subjefe (1959-1973)[14].
Según el Cibeira, hasta principios de la década de 1960, el desconocimiento en la construcción de ortesis y prótesis era “enorme”. “No se utilizaban piezas prefabricadas y las prótesis se construían como un edificio de abajo hacia arriba sin ensamblado”, mientras que “La protésica y ortésica moderna no era conocida desde sus bases”[15]. En respuesta a esta situación, en 1961, la Comisión Nacional contrató al técnico británico Frederik H James para adiestrar en la confección de prótesis de miembros superiores en el Taller de Ortesis y Prótesis del Centro de Rehabilitación. En el año 1962, la Comisión Nacional de Rehabilitación y la Embajada de EEUU invitan a profesores de la Escuela de Administración de Veteranos asociada a la Universidad de New York (Veterans Administration Prosthetic Center. New York) para dictar el Primer Curso de Técnica Ortésica y Protésica, al cual asistieron técnicos protesistas de la capital, del interior y del extranjero. En 1963 se realizó el segundo Curso Teórico Práctico de Técnica Ortésica y Protésica. En 1964 se crea la Escuela de Ortesis y Prótesis[16]–[17], iniciando sus cursos regulares en 1965, para la formación específica de ortoprotesistas, con el fin de fabricar elementos ortoprotésicos con técnicas renovadas. Entendiéndose y asumiéndose, en aquel entonces, que en la Argentina no se disponían conocimientos suficientes, la comisión contrató técnicos extranjeros como asesores. Esta escuela se ha ido transformado con el correr del tiempo hasta alcanzar rango universitario, siendo actualmente sede del Instituto de Ciencias de la Rehabilitación y el Movimiento, donde se dicta la Carrera de Licenciatura en Ortesis y Prótesis de la Universidad Nacional de San Martín.
Paralelamente, en 1965 se fija un curso de perfeccionamiento de la Escuela Nacional de Educación Técnica Ing Luis A.Huergo, entregando el título de: Experto en Prótesis y Aparatos Ortopédicos (Res Conet 2270/65), con una duración estipulada en tres años[18], y que continúa vigente hasta el día de hoy, cumpliendo la importante función de formar personal técnico especializado en la construcción de prótesis y ortesis.
TRAS LA BÚSQUEDA DE LAS PRIMERAS PATENTES
Según Cao Corral, David Hnos (anteriormente Casa Scattini) fue la primera casa que patentó una prótesis y varios modelos de fajas[19]. Por nuestra parte, hemos podido corroborar una patente de un soporte hipogástrigo[20], concedida a Aquiles Scattini en 1923[21]. En cuanto a patentes internacionales, hasta donde hemos podido averiguar, el 5 de abril de 1949, el ciudadano argentino Isaac Touson[22] obtiene su primera patente por una rodilla protésica en EEUU: Patent US2466134, Knee Joint for Artificial Legs
(fig 1).
Figura 1: Rodilla patentada por Touson
Pocos años más tarde, el 3 de junio de 1952 obtiene su segunda patente, US2599297, sobre un miembro inferior artificial (Artificial Limb) para personas con amputación sobre-rodilla (fig 2). En el texto de esta patente Touson cita expresamente su patente anterior, y en su desarrollo es posible observar la influencia de la rodilla anteriormente patentada.
Figura 2: Pierna artificial patentada por Touson
La versatilidad de Isaac Touson se pone de manifiesto en su tercera patente, una prótesis auditiva o auricular (Earpiece), US2934160, obtenida el 26 de abril de 1960 (fig 3)
La cuarta patente, hasta donde hemos podido encontrar, se refiere a un aparato para cirugía plástica, US2672146: Apparatus for plastic surgery, obtenida el día 16 de marzo de 1954 (fig 4).
La versatilidad de Isaac Touson se pone de manifiesto en su tercera patente, una prótesis auditiva o auricular (Earpiece), US2934160, obtenida el 26 de abril de 1960 (fig 4))
Además de las citadas patentes, todas ellas radicadas en los EEUU, también encontramos la solicitud de un braguero mejorado (fig 5), aunque no conseguimos imágenes ni el texto original de referencia. En el Diario Oficial de Uruguay puede leerse textualmente: “Montevideo. 9 de agosto de 1951. … por el señor Isaac Tousón, de Buenos Aires, (República Argentina), han solicitado patente de invención por el término da quince años para un braguero mejorado …”[23]. De igual forma, en el mismo diario se solicita patente de invención por una pierna artificial mejorada [24].
Figura 5: Solicitud de patentes en Uruguay
Mientras que en “Medicina del trabajo” (1955), en la publicidad del Instituto Ortopédico Touson (fig 6), se presentan expresamente 5 números de patentes de invención argentina, cuyos archivos no hemos logrado aún hallar, pero que suponemos podrían ser algunas de las patentes ya presentadas en EEUUE y posiblemente sumada la del braguero mencionado. (Patentes n° 83.230, 75.919, 48.078, 52.141, 58.555 y 81.187)[25]. Además, se mencionan patentes en Inglaterra, Italia, Francia, Holanda, Uruguay, Alemania e Israel (volúmenes 20 y 21), esta última sobre su rodilla para miembro inferior artificial, verificada en un registro del Estado de Israel del año 1952[26].
Figura 6: Números de patentes
PUBLICIADAD DEL INSTITUTO ORTOPÉDICO TOUSON
Isaac Touson no era sólo un inventor. En la avenida Pueyrredón 1318, ciudad de Buenos Aires, muy cerca de la Facultad de Medicina (UBA) y del histórico Hospital Alemán, tenía un instituto ortopédico que figura en la publicación especializada Medicina del trabajo ya en 1948, y que habría sido fundado en el año 1929, según consta en la misma publicación pero del año 1955, al que presenta como “una entidad argentina al servicio del mundo. Único con gabinete de investigaciones para la ortopedia” (figs 7, 8, 9).
Figura 7: Publicidad del Instituto en el volumen 13 de “Medicina del Trabajo” [27]
Figura 8: Publicidad mostrando año de fundación del instituto [28]
Figura 9: Publicidad en Medicina del Trabajo (1955)
Tanto su instituto como los elementos de ortopedia y los zapatos que allí vendía se publicitaban a través de importantes medios de difusión. El mismo Manuel García Ferré dibujó personajes para su propaganda en la masiva revista infantil Anteojito (fig 10). Sus anuncios también aparecieron en diferentes números de otra emblemática revista argentina, Patoruzú, así como en la revista Canal TV, primera referida a la televisión en la Argentina y en Billiken.
Figura 10: Ilustración Manuel García Ferré (1966) [30]
La televisión misma también fue un medio de publicidad aprovechado por Tousón. Es así como el pianista Néstor D’Alessandro, -posteriormente creador e intérprete de la voz de Hijitus y de la bruja Cachavacha, y compositor del tema principal de la película Trapito-, fue el encargado de realizar la banda de sonido del exitoso comercial televisivo para difundir los Zapatitos Tousón (fig 10). Será una de sus hijas, Silvia, quien le pondrá la dulce voz a la niña que canta el jingle que podía escucharse en los 60’ y cuya letra es:[29]
Canción de la muñequita Touson:
¡Mamita es un ángel… papito es un amor…
porque hoy me compraron ZAPATITOS TOUSÓN!…
¡TOUSÓN!… ¡TOUSÓN!… ¡TOUSÓN!…
Figura 11: Imagen del comercial televisivo
La publicidad gráfica desplegada se caracterizaba por hacer hincapié en:
1.- La seguridad en el cuidado de la salud: “Los zapatitos Touson favorecen un desarrollo armónico y perfecto del pie, previenen toda desviación, corrigen el pie plano”; “Zapatitos Tousón …, indeformables … Realizados a mano con los mejores cueros, son la verdadera protección del pie infantil, pues favorecen su crecimiento sano y armónico”; “El Instituto Touson en su nueva etapa ha creado sus diseños teniendo en cuenta las exigencias del mucho andar de la juventud en la edad del crecimiento”; “Instituto Touson. Un seguro de vida para sus pies”.
2.- Las emociones positivas e inserción social: “Porqué no? Porqué ha de privarse de las reuniones sociales? ¡Vaya y diviértase!”[31]. “Con los miembros artificiales de Tousón puede disfrutar cómodamente de las próximas fiestas de Carnaval”. “El Ing Ortop Sr Tousón fue amputado de ambas piernas y ha creado sus maravillosos miembros artificiales y ahora salta, baila, corre, nada, etc.”; “Piececitos sanos … piececitos lindos …Tendrán siempre sus niños calzados en Instituto Tousón”.
3.- Y una concisa pero precisa indicación económica: “Precios congelados, muy convenientes por su óptimo resultado y gran duración”; “¡ y no cuestan más!. Consultas gratis”.
Pero, además, la publicidad se ocupaba expresa y fundamentalmente de presentar un sustento científico y técnico, característica que deja en evidencia la importancia y el lugar privilegiado que Touson asignaba al saber ortoprotésico profesional y actualizado, que contradice la “supuesta falta de conocimiento” en ortesis y prótesis en la Argentina:
4.- El sustento científico y técnico: “Zapatito Tousón es el calzado científico y moderno”. “Confeccionados sobre hormas científicamente diseñados, que evitan el uso de soportes y ayudan a formar un pie sano y perfecto” “Los hay para criaturas, niños y niñas …”; “Si señora, Ud. y sus niños deben calzarse en Touson, que le brindará a sus pies un calzado científicamente estudiado …”.
Figura 12: Anuncios del Instituto y del calzado Touson
He aquí un ejemplo completo publicado en la revista Patoruzú, correspondiente al 29 de enero de 1940, donde es de destacar que, al momento de esta publicación, el Instituto presenta una sede en Buenos Aires y otra en Montevideo (Boulevard España 2904), según puede leerse al final de la publicidad (fig 13):
“El Ing Ortop. [ingeniero ortopedista] Sr Tousón fue amputado de ambas piernas y ha creado sus maravillosos miembros artificiales y ahora salta, baila, corre, nada, etc.
¿Porqué no? Porqué ha de privarse de las reuniones sociales? ¡Vaya y diviértase! Con los miembros artificiales de Tousón puede disfrutar cómodamente de las próximas fiestas de Carnaval.
“Eminencias médicas y cientos de lisiados afirman por escrito las maravillosas obras de Touson; tenemos a disposición numerosos testimonios.
Consultas gratis”[32].
Figura 13: Anuncio en la Revista Patoruzú (1940)
A MODO DE CIERRE
Posiblemente, el desarrollo de las patentes de Isaac Touson se haya dado en el marco de un caso aislado, muy diferente a la práctica ortoprotésica cotidiana en nuestro país, con modos de producción de elementos ortoprotésicos, que según Cibeira, hasta entonces se realizaban de forma artesanal o se importaban del exterior[33]. Sin embargo, a pesar de las limitaciones, desconocimiento y acciones aisladas que pudiera haber habido en la década del 50 y primera mitad del 60 del siglo XX, en esa época se sentaron las bases para el desarrollo de la Ortoprotésica argentina.
Por un lado, porque existía una no despreciable cantidad de ortopedias, con personal con mayor o menor grado de formación, pero con potencial técnico e innovador. Y porque existía también un mercado, una demanda en aumento que facilitaba las condiciones de producción. Por otro lado, porque en 1956 , Manuel Cao Corral decide fundar Industrias Ortopédicas Argentinas SA, primera industria ortopédica de nuestro país[34]–[35]–[36], posteriormente denominada IOA, constituyéndose paulatinamente en un complejo fabril y comercial. También porque se comenzó con el dictado de cursos técnicos formales y espacios específicos de formación, incluyendo la Escuela Ing Huergo y la Escuela de Ortesis y Prótesis, pionera en Latinoamérica y casa de formación de estudiantes y profesionales de diversas regiones y países, hasta el día de hoy. Pero, además, también había producción de conocimiento expresado, por ejemplo, en las patentes de Touson, cuyas invenciones han sido citadas por inventores foráneos. Todos estos factores nos orientan a pensar que, en aquel momento, nuestro país podría incluso haber aspirado a ocupar un lugar más relevante en esta área.
Lo que sí parece claro, sin embargo, es que la posibilidad de conseguir un desarrollo nacional importante fue diluyéndose con el tiempo debido posiblemente, entre otras razones, a la falta de políticas de Estado sostenidas en el tiempo, y particularmente a la falta de integración de la Ortoprotésica con el desarrollo científico tecnológico, probablemente por cierto grado de desinterés de la Medicina hacia la que consideraba una disciplina de menor estatus, auxiliar o “de colaboración”[37]–[38], como por el de ciencias como la Física o como la Ingeniería, que en muchos casos mantenían sus relaciones con la Biología y la Medicina como aplicaciones menores, así como también por la propia incapacidad de los profesionales ortoprotesistas que no supieron establecer vínculos fuertes con los campos mencionados, ni lograron delimitar claramente su autonomía relativa respecto de aquellos, entre otras razones.
En retrospectiva, actualmente pareciera que la Argentina presenta una amplia brecha en Ortoprotésica con respecto a los países más desarrollados en este campo. Incluso habiendo tenido de las primeras escuelas de Ortesis y Prótesis de Latinoamérica, éstas se encuentran relativamente aisladas del contexto internacional y de los avances tecnológicos específicos.
En cuanto a la promoción de la investigación y el desarrollo, aunque se observa una cantidad apreciable de proyectos individuales y de pequeña escala, éstos no terminan de concretarse de manera masiva porque, entre otras razones, no están dadas las condiciones económico-financieras y de coyuntura mínimamente necesarias. Y si bien hay equipamiento relativamente disponible y tecnología de punta, es muy costoso económicamente, puesto que la transferencia tecnológica es fundamentalmente unidireccional, con empresas internacionales que nos venden productos terminados y no procesos productivos. Hace falta que el Estado sea promotor de este proceso, para generar recursos humanos y financieros adecuados a los avances y desarrollos de última generación.
Un aspecto positivo que vale destacar es el legal porque en la Argentina, a diferencia de lo que ocurre en otros países, existen leyes que permiten a las personas con discapacidad tener acceso a dispositivos ortoprotésicos. Un segundo aspecto valioso: disponemos de capital técnico, humano y posibilidades industriales. No son éstos los problemas fundamentales a resolver.
Para terminar, en cuanto al instituto, en el año 1964, Isaac Touson vende a la razón social “Touson SA, Comercial o Industrial”, su negocio de ortopedia denominado “Instituto Ortopédico Touson” (Pueyrredón n° 1318, Capital) [39].
[1] Salinas Castro, F y O Cohí Riambau, “Introducción a la biomecánica”; en: Zambudio Periago R. Prótesis, ortesis y ayudas técnicas. Barcelona, Elsevier Masson, 2009, p 3.
[2] Pasarin Martinez, A y R Viladot Pericé, “Biomecánica de las ortesis y las prótesis”; en: Viladot Voegeli, A. Lecciones básicas de biomecánica del aparato locomotor. Barcelona, SpringerVerlag Ibérica, 2001, p 277.
[3] Bender, L, “Ortótica de la extremidad superior”; en: Kottke F y Lehmann. Krusen. Medicina Física y Rehabilitación. Madrid, Ed Médica Panamericana, 1999, p 604.
[4] Montané, F. “El desarrollo de la protésica a lo largo del a historia humana”; en: Ortesis, prótesis y movilidad. Buenos Aires, vol 1, 2018, p 8-11.
[5] Restrepo Arbeláez, R y B Cano Restrepo, “Historia y filosofía de la rehabilitación”; en: Salinas Durán, Lugo Agudelo, Restrepo Arbeláez (Eds). Rehabilitación en salud. Universidad de Antioquia, Colombia, 2008, p 5.
[6] Sotelano, F. Historia de la rehabilitación en Latinoamérica. Buenos Aires-Argentina, s/d.
[7] Montané, F, “El desarrollo …”, p 8-11.
[8] Hay una minoría que llega a datarlo en el 4000 aC (Neolítico) según lo que consideran alguna evidencia astronómica
[9] Existe otra versión que considera que no fue una reina en batalla sino un caballo en una carrera
[10] Verderber S. Innovations in Transportable Healthcare Architecture. New York, Routledge, 2016.
[11] Según cuenta Cao Corral, la Ortopedia Alemana se funda en 1903 por Otto Schroeder. En: Cao Corral, M. De ayer a hoy: la actuación profesional de un dirigente de empresa con principios. Buenos Aires, 2007.
[12] http://fotosviejasdemardelplata.blogspot.com/2017/10/centro-de-rehabilitacion-para-ninos.html
[13] ASIAL. “El colegio Ing Luis A Huergo, 50 años después …”; en: Núcleo Ortopédico. Avellaneda, n° 7, 2005, p 49.
[14] Ruiz, O, “Historia de la División Ortesis y Prótesis”; en: Boletín del Departamento de Docencia e Investigación del Instituto de Rehabilitación Psicofísica (IREP). Buenos Aires, vol 10, n° 2 [Número Aniversario], 2006, p 39.
[15] Cibeira, J, “Aspectos históricos del IREP. Visión de su primer director”; en: Boletín del Departamento de Docencia e Investigación del Instituto de Rehabilitación Psicofísica (IREP). Buenos Aire, vol 10, n° 2 [Número Aniversario], 2006, p 3-19.
[16] Bottinelli, M; M Nabergoi y M Mattei, “El contexto de la educación superior en la Argentina durante los inicios de la formación en Terapia Ocupacional”; V° Congreso Internacional de Investigación y Práctica Profesional en Psicología. XX° Jornadas de Investigación. Noveno Encuentro de Investigadores en Psicología del Mercosur. Facultad de Psicología. Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires, 2013. https://www.aacademica.org/000-054/890.pdf
[17] Conarel. Documento del Ministerio de Asistencia Social y Salud Pública. República Argentina, Comisión Nacional de Rehabilitación del Lisiado, abril de 1965.
[18] Dirección Nacional de Investigación, Experimentación y Planeamiento Educativo. Planes de estudio para el nivel medio. Serie: situación educativa argentina. Argentina, Ministerio de Educación, 1982, p 117.
http://www.bnm.me.gov.ar/giga1/documentos/EL004305.pdf
[19] Cao Corral, M. De ayer a hoy … Buenos Aires, 2007.
[20] Soporte hipogástrico fijo de Lane o faja Glenard-Enríquez.
[21] Boletín Oficial. Buenos Aires, jueves 12 de julio de 1923, p 310.
Patente concedida 19.131 -Soporte hipogástrico. Aquiles Scattini (por 5 años; febrero 28).
[22] El apellido Touson aparece indistintamente con y sin tilde en las fuentes consultadas. Se corroboró por medio de la dirección de su Instituto y la mención de patentes que se refiere a la misma persona. No encontramos fuente fidedigna que verifique su relación con la Ingeniería.
[23] Diario Oficial de la República Oriental del Uruguay. Acta n° 8775. 1291-C. Número 13420. Tomo 184, 16 de agosto de 1951.
https://www.impo.com.uy/diariooficial/1951/08/16
[24] Diario Oficial de la República Oriental del Uruguay. Acta N° 8790. 1686-C. Número 13429.
Tomo 184. 28 de agosto de 1951.
https://www.impo.com.uy/diariooficial/1951/08/28
[25] Sociedad Argentina de Medicina del Deporte y del Trabajo, Unión Americana de Medicina del Trabajo, Ateneo “Ciencia y Trabajo”. Medicina del trabajo. Buenos Aires, vol 20. 1955, p 789. https://www.google.com.ar/search?q=instituto+touson+fundado+1929&source=lnms&tbm=bks& sa=X&ved=0ahUKEwjKsnzzf3jAhXqIbkGHdINCoMQ_AUIFygB&biw=1366&bih=625
[26] Touson, I. Knee Joint for Artificial Legs. The Registrar General, Registrar of Patents and Design. Patents, designs and trade marks. State of Israel. Supplement no 216, of february 28th, 1952. https://www.nevo.co.il/law_html/law102/pat-52-3.pdf
[27] Sociedad Argentina de Medicina del Deporte y del Trabajo, Unión Americana de Medicina del Trabajo, Ateneo Ciencia y Trabajo. Medicina del trabajo, Buenos Aires, vol.v13, p 2124, 1948.
https://books.google.com.ar/books?id=WxIwAQAAMAAJ&focus=searchwithinvolume&q=Touson
[28] Sociedad Argentina de Medicina del Deporte y del Trabajo, Unión Americana de Medicina del Trabajo, Ateneo Ciencia y Trabajo. Medicina del trabajo, Buenos Aires, vol 20, 1955.
https://books.google.com.ar/books?id=WxMwAQAAMAAJ&dq=instituto+ortopedico+touson+192 9&focus=searchwithinvolume&q=fundado+1929
[29] Del Pópolo L, Sonrisas Argentinas; blog de dedicado al humor gráfico argentino. http://sonrisasargentinas.blogspot.com/2011/04/del-papel-al-movimiento-ii_09.html
[30]https://i.pinimg.com/originals/c4/db/98/c4db983c933256a69601533c3a7cbd5c.jpg
[31] Respetamos la escritura original, por ello “Porqué” no figura con la separación lingüística actual.
Nota: el artículo original contaba con numerosas imágenes, que, por cuestiones operativas de esta revista, se suprimieron. Solicitar a los autores; ubicar en: profjcm@hotmail.com.
[32] Revista Patoruzú; año IV, nº 124. p 17 (29 de enero de 1940).
http://amigosdepatoruzu.blogspot.com/2019/01/revista-patoruzu-n-0124-incluye-chacho.html
[33] Según cita Ferrante, Cibeira entiende la creación de la Escuela de Ortesis y Prótesis con el fin de fabricar elementos que hasta entonces se realizaban de forma artesanal o se importaban del exterior. [Ferrante, en: Pantano L (Comp). Discapacidad e Investigación: aportes desde la práctica. Buenos Aires, EDUCA, 2010, p 167-98].
[34] Ya citada en el año 1957 en la Revista de la Asociación Médica Argentina; vol 71; tema 7.
[35] ASIAL, “Biografías. Don Manuel Cao Corral”; en: Núcleo ortopédico. Avellaneda, n°11, 2007, p 12.
[36] Cao Corral M. De ayer a hoy … Buenos Aires. 2007.
[37] Ley n° 17.132. Ejercicio de la medicina, odontología y actividades de colaboración. Sancionada el 24/01/1967. Promulgada el 24/01/1967. Boletín Oficial 31/01/1967.
[38] En el año 1959, el Taller de Ortesis y Prótesis del Centro de Rehabilitación es considerado un Departamento Técnico, frente a los Servicios Médicos. (Documento del Ministerio de Asistencia Social y Salud Pública. Comisión Nacional de Rehabilitación del Lisiado. República Argentina, abril de 1965.).
[39] Boletín Oficial de la República Argentina, 2° Sección. miércoles 18 de noviembre de 1964.
https://archive.org/details/Boletin_Oficial_Republica_Argentina_2da_seccion_1964-11-18/page/n29
Agradecimientos: a Mariela Nabergoi, docente investigadora del ICRM (UNSAM); a María Eugenia Villalustre, bibliotecaria del ICRM; a Daiana Pereyra Casado, docente y ortoprotesista del ICRM.